Más Abrazos // Miércoles 20 Mayo, 2020 // #embarazo, #bebe, #salud, #maternidad
Los de la primera mitad pueden corresponder a embarazo ectópico (embarazo que se desarrolla fuera de la cavidad uterina, generalmente en las trompas), a amenaza de aborto, aborto o enfermedad trofoblástica (enfermedad tumoral generalmente benigna).
En general además del sangrado hay dolor, ya sea en el hipogastrio (por encima del pubis) en el aborto y la amenaza de aborto, o en todo el abdomen en el embarazo ectópico. Si bien son complicaciones graves, en el caso de la amenaza de aborto espontáneo la mayoría de las mujeres continúa el embarazo llegando a un buen resultado bajo control médico.
El embarazo ectópico se puede confundir con otras entidades como la apendicitis o la enfermedad inflamatoria pélvica y su diagnóstico puede ser complejo.
Los de la segunda mitad del embarazo son por placenta previa (90% de las causas) o por un desprendimiento de placenta que previamente estaba bien insertada. La placenta previa en general sangra bastante, sin dolor y tiene chances de repetir el sangrado. La afectación del feto depende de la afectación materna por la pérdida de sangre. El embarazo se considera de riesgo pero en general con el control se llega a buen término.
El desprendimiento de placenta es una complicación grave, es una emergencia que se resuelve con la cesárea. Se presenta con dolor intenso y trastornos de la circulación con sangrado visible escaso. Esta eventualidad se ve en embarazadas hipertensas el 50% de las veces.
Estas son solo las causas más posibles de un eventual sangrado vaginal. Ante la aparición del mismo es fundamental que consultes a tu obstetra. La gravedad y por lo tanto el pronóstico dependerá de la causa e intensidad del sangrado.
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